La imagen del río en Heráclito de Éfeso

En varios fragmentos que se conservan sobre las ideas de Heráclito se recurre a la metáfora del río para ilustrar su entendimiento de la unidad.
En el libro Los filósofos presocráticos de Kirk, Raven y Schofield se expone el posible pensamiento de Heráclito en cuanto a esta imagen.
Incluyo a continuación un extracto de este apartado del libro:

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'Aguas distintas fluyen sobre los que entran en los mismos ríos. Se esparce y … se junta … se reúne y se separa …  se acerca y se va.'
Ario Dídimo + Plutarco

'Heráclito dice en alguna parte que todas las cosas se mueven y nada está quieto y comparando las cosas existentes con la corriente de un río dice que no te podrías sumergir dos veces en el mismo río.'
Platón

'Algunos incluso afirman no que unas cosas se mueven y otras no, sino que todas están en constante movimiento, aunque este hecho se escapa a nuestra percepción sensorial.'
Aristóteles

Según la interpretación platónica, Heráclito adujo la imagen del río para recalcar la absoluta continuidad del cambio en cada cosa individual: todo esta en movimiento como lo esta en un río.
Aristóteles desarrolló esta interpretación exponiendo que aquellas cosas que aparentemente son estables deben experimentar cambios invisibles o inadvertidos.
¿Pudo Heráclito haber pensado que (por ejemplo) una roca o un caldero de bronce experimentaban invariablemente cambios invisibles? Los fragmentos que se conservan sobre su pensamiento no apuntan a una conclusión semejante.  Y aunque es posible que en verdad sostuviera tal creencia, su positiva confianza en la veracidad de los sentidos sugiere lo contrario.
La interpretación platónica de Heráclito implica que el río nunca es el mismo en momentos sucesivos, lo que acompaña a la manifestación categórica de que todo en la naturaleza se parece al río en este aspecto - "nada esta quieto".
La formulación de Ario es menos drástica: es algo como el mismo río, pero también es diferente en cierto sentido. Ario traza un contraste entre 'mismo' y 'diferente' en un ejemplo específico, lo cual se corresponde con la lista de ejemplos concretos de Heráclito acerca de la coincidencia de los opuestos.
Pero, si su intención va más allá (como da a entender Platón), su significación en este caso no es la de que cada objeto singular deba ser como un río, sino más bien que un complejo entero, como el mundo, puede permanecer 'el mismo' mientras que sus partes constitutivas están en constante cambio.
Si se entiende de esta manera, la segunda parte del primer testimonio aquí citado describe (por el contexto y uso de los verbos) el fluir del agua prestando especial atención a la regularidad de su reposición. Desarrollando así lo implícito en la primera parte: que la unidad del río, como un todo, depende la regularidad de las aguas constitutivas. El río puede procurar entonces una imagen del equilibro de los elementos en el mundo.
Obviamente una roca, una montaña o una mesa son temporalmente estáticas y lo seguirán siendo tal vez por mucho tiempo. Lo que interesa a la teoría heraclítea de la reacción y de la contienda en equilibro es que los elementos finalmente deben cambiar para así ayudar a mantener el proceso de los constitutivos del mundo.



Texto extraído de:
G.S. Kirk, J. Raven, M. Schofield (2019). Heráclito de Éfeso. En: Los filósofos presocráticos. Barcelona, España: Editorial Gredos

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