Análisis del poema de Parménides - Extracto

Se puede encontrar la más amplia documentación sobre el poema de Parménides. Personalmente me ha resultado especialmente interesante el análisis que realiza Teresa Oñate del poema en su libro 'El nacimiento de la filosofía en Grecia. Viaje al inicio de occidente'. A continuación, comparto un extracto de las conclusiones de dicho análisis incluidas en el libro.

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Parménides ha descubierto la ley del ser-pensar en el ámbito de la verdad ontológica: que el arché es el ser, que el ser es, que el uno  es, que el indivisible es, el simple es, el límite es, la vida es, la eternidad es, la necesidad es.

Que se ha de sobrepasar el juicio objetivo, descriptivo, dogmático, lógico, de los imperativos morales, pertenecientes a la repetición sin fin de la justicia vengadora, porque el límite es el principio de la síntesis del es-cópula de los juicios que enuncian lo determinado. Parménides ha descubierto, así, que la eternidad de la plenitud es el principio-criterio del juicio, porque hay un ámbito aún superior al del lógos trágico que enlaza la vida-muerte.

Un ámbito superior al de la guerra y la polémica dialécticas: el de lo que no tiene contrario, ni división, ni extensión, porque es sólo vida, solo ser, cuya diferencia-límite máxima descansa en la serenidad de la mismidad del pensar como afirmación de la afirmación, que alcanza a todas las diferencias y unidades compuestas, pero las sitúa después ontológicamente, para legislarlas de acuerdo con el criterio del sentido de la sola afirmación.

Sólo en esa afirmación límite, como la afirmación de la afirmación, se pliega hasta la máxima intensión mistérica el lugar abierto de la verdad, puesta al alcance de todos, y sostenida, al borde del límite de la extenuación, donde se pierde la respiración y la cordura, por el himno poético del poema didascálico del amor-pensar del sabio: el filósofo. El que asume el riesgo del mayor de los malentendidos, atreviéndose a perder incluso la inmortalidad de la fama o la dóxa en la memoria de los hombres. El que asume la muerte en todos los sentidos, para cantar la gloria de la eternidad inviolable del ser, porque ha comprendido y aceptado la exigencia de la ley del límite sin fuga y su fragilidad.

La fragilidad de una ley que todo lo da pero no puede imponerse sino ser re-conocida. Eso nos entrega el poema de Parménides, mientras traza la topología plural y precisa de los ámbitos temporales del límite-uno: que si los mortales no podemos mirar de otra manera que proyectando la muerte, ese no es el único punto de vista, pues hay también en el punto de vista de la vida, hay otro, hay lo otro del mortal: hay el ser en acción de mismidad con el pensar, cuya ley debe servir de criterio crítico y sentido afirmativo de nuestros juicios, nuestros métodos y nuestras acciones, obligándonos a darnos la vuelta hacia lo otro superior que es lo mismo del pensar: el límite, el ser.

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