Los sofistas, Sócrates y Platón: La virtud es conocimiento

La palabra sofista proviene del griego sophós, 'sabio'.
Los sofistas se podrían considerar como representantes de la época ilustrada del pensamiento griego. Se les denominaba 'mercenarios del saber', ya que hacían alarde de sus conocimientos y cobraban por enseñarlos. Fueron duramente criticados por Sócrates (470-399 a.C) y Platón (427-337 a.C) por la instrumentalización que hacían de sus enseñanzas.

Distinguiéndose de ellos, Sócrates no convierte su saber en mercancía, sino que hace profesión de su ignorancia (solo se que no se nada). Busca saber, pero en vez de enseñar lo que sabe, se propone poner de manifiesto las lagunas que cada uno tuviera en su propio conocimiento.

Los llamados diálogos socráticos narran las disputas ente Sócrates y los sofistas, en las cuales el primero se valía del método dialéctico, la discusión y el dialogo para descubrir lo que unos y otros ignoran. A lo largo de los diálogos los distintos interlocutores dicen buscar la verdad y es Sócrates siempre el que tira de las propias afirmaciones de sus oponentes para mostrar la fragilidad de las mismas.
A través de estas conversaciones demuestra que los sofistas ya no buscan la 'verdad', si no que aceptan que ni la ética ni la justicia pueden permitirse juicios que vayan más allá de la doxa (la opinión). Ni la ética ni la política son ciencias, ya que no se basan en verdades, sino en opiniones no demostrables. A lo único a lo que se puede aspirar es a convencer o persuadir la utilidad de sustentar determinadas opiniones.
Los sofistas fueron maestros de la retórica, concepción ejemplificada en la afirmación de Protágoras 'el hombre es la medida de todas las cosas'. Ni los juicios morales ni las leyes son más que convenciones, no existe una esencia de la justicia ni de la virtud: la única esencia de la que dependen es de la necesidad de conveniencia humana.

No todos los sofistas se aferraron al relativismo de la misma manera y el que hayan pasado a la historia como representantes de la argumentación engañosa se debe a la condena realizada por Platón de la sofística y sus métodos. En la recopilación de los diálogos socráticos, Platón buscaba señalar el contraste entre una concepción esencialista e intelectualista del bien y de la virtud (Sócrates) y la visión pragmática y convencional que atribuye a los sofistas.
La ética socrática deriva de la máxima 'conócete a ti mismo', a saber: solo aquel que aprende a conocerse sabrá lo que es bueno para él. Hay que tener en cuenta que cuando Sócrates se refiere a uno mismo no esta pensando en el cuerpo sino en el alma. Conocerse significará entonces tratar de buscar el bien del alma sobre el del cuerpo. Un bien, que por otra parte, no diferirá tanto de un individuo al otro, ya que las almas en teoría se parecen más unas a otras que los cuerpos.

El bien o la virtud del alma lo encuentra cada cual en si mismo y se puede descubrir aplicando el método de la mayéutica. Se cuenta que Sócrates, hijo de una matrona, trasladó (metafóricamente) a la filosofía esta capacidad de ayudar a dar a luz que ejercen las comadronas: encontrando y dando a conocer el bien que cada cual lleva dentro - en esto consistiría la aplicación de la mayéutica.
De algún modo, no esta tan lejos de este planteamiento la tesis de Protágoras 'el hombre es la medida de todas las cosas', si bien se entiende por 'el hombre' al genérico humano y no a la singularidad del individuo. Se deduce así que la distancia entre Sócrates y algunos sofistas no fue tanta como Platón dio a entender en sus escritos.


La muerte de Sócrates, David, 1787

Tanto Sócrates como Protágoras destacaron por un discurso anclado en la independencia. Sería precisamente esa independencia de criterio la que resultó políticamente impertinente e hizo que finalmente el Estado ateniense acabara condenando a Sócrates.

La muerte de Sócrates culmina una forma de vida no sólo de reflexión y debate filosófico, sino testimonial y ejemplar. Sócrates teoriza poco sobre la ética, pero da ejemplo de ella. En los diálogos socráticos, más que decirnos lo que es la virtud -también expresada como justicia, moderación, valor- nos dice lo que esta no debería ser.





Texto basado en:
Victoria Camps, (2019). La ética griega: Aristóteles. En Carlos Gómez y Javier Muguerza (eds.) (2019). La aventura de la moralidad (paradigmas, fronteras y problemas de la ética). Madrid, España: Alianza Editorial

Comentarios

Entradas populares