Anotaciones: Filosofía de la música, Lección III, Primera Parte

En continuación a la entrada anterior, recopilo aquí de nuevo una serie de extractos tomados del curso Filosofía de la Música, impartido por Gustavo Bueno en 2007 en el Conservatorio Superior de Música de Oviedo.
El curso completo y transcrito puede consultarse en el siguiente link:
http://fgbueno.es/med/fmus03a.htm#kn8


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Lo que se llama filosofía de la música se podría tratar de sistematizar en tres grandes grupos en línea con nuestra tradición filosófica occidental. Este criterio se basaría en las tres famosas Ideas que constituyeron el objeto de la Crítica de la Razón Pura de Kant.
Tres ilusiones trascendentales en un principio sin realidad propia, pero que luego pasarían a tener una realidad práctica de primer orden: la Idea de Dios, la Idea de Hombre y la Idea de Mundo (es decir, las tres grandes Ideas de la metafísica de Bacon, Wolf, Santo Tomás etc.).
Estas Ideas (con mayúsculas) han constituido las Ideas filosóficas y metafísicas por antonomasia, como la Idea de Dios o de Absoluto, la Idea del Mundo o Cosmos, y la Idea del Hombre - no ya en un sentido científico, sino abarcando una significación mayor que la de Homo Sapiens.
Dentro de esta taxonomía, la filosofía o filosofías de la música se podrían caracterizar en estas tres grandes organizaciones:

1. Ideas de la música que tienen que ver o que ven a la música desde el punto de vista de Dios. Es decir, que aplican la Idea de Dios o tratan de absorber la música en una atmósfera teológica.

Los ejemplos de esta categoría son increíblemente abundantes, desde San Agustín y San Jerónimo hasta Hegel - aunque este no se refiera a Dios directamente y le de el nombre de Absoluto, el cual es en verdad un término heredero de la antigua Idea de Dios, ya que las funciones del Absoluto son las que en su tiempo ocupaba aquel.
Gustavo Bueno añade aquí como ejemplo un texto de Lutero, escrito en 1524 al elector de Sajonia, exponiéndole su intención de seguir el ejemplo de los profetas, agrupando los salmos con objeto de que la palabra de Dios se conserve viva mediante el canto.
Es decir, Lutero esta haciendo aquí una verdadera filosofía de la música en el sentido práctico - iniciando los famosos corales luteranos que luego prosperarían en Bach.
De manera más reciente, el director de orquesta Ernest Ansermet expuso en su libro Escritos sobre la música una idea de tónica similar:
"La ley tonal que se expresa mediante la relación fundamental tónica-dominante-tónica, llega a decir, que la pérdida de este fundamento equivale para la conciencia musical a la muerte de Dios."
Ansermet estaría viendo también la música enteramente desde el punto de vista de Dios.
Y así sucesivamente. Los textos en esta categoría son infinitos e incluyen toda la tradición escolástica, neoplatónica y la filosofía clásica alemana.


2. La música concebida desde la Idea de Mundo.

Aquí habría que destacar sobre todo a los pitagóricos, especialmente a Filolao. Según estos la música es la expresión de la armonía del Universo, reflejada en la ley de las estrellas y en los círculos de estas. Esta tesis, que Platón compartía, se ha mantenido a lo largo de la historia - y por ejemplo el astrónomo Johannes Kepler la tomaría totalmente en serio.
Aristóteles por su parte argumentaba en contra. Sostenía que los astros son divinos porque son inmortales, pero no admitía la creación del Mundo - aunque este sería también eterno y obedecería a un orden inviolable, eterno y circular. Los astros no producen ningún tipo de sonido porque la atmósfera y los cuatro elementos (agua, tierra, aire y fuego) permanecen en el mundo sublunar (en la Tierra y su atmósfera), que es dónde se produce la generación y la corrupción. En cuanto rebasamos el circulo de la Tierra y entramos en los celestes, no hay elementos, ni generación, ni corrupción. Así aunque los astros son divinos, no producen ruino (básicamente porque no pueden). El ruido o los sonidos son algo inferior, propio de la corrupción y de lo que cambia, no de lo eterno, que permanece invariable.
Santo Tomás, al ser cristiano, adoptó la teoría de Aristóteles y la corrigió en este punto central. Establecía que el Mundo efectivamente había sido creado por Dios pero, para ajustarse a Aristóteles, decía que lo había creado desde 'siempre' (ya que no era fácil establecer si el Mundo había sido creado en el tiempo o no). Los astros tampoco producían ningún sonido especial, porque el sonido se consideraba como algo inferior.
Esta sería una filosofía de la música dónde la propia música es un fenómeno inferior en comparación al pensamiento puro o a la filosofía. Dios no es músico, no puede serlo. Dios es pensamiento del pensamiento, según Aristóteles. No puede ser músico de ninguna manera, porque no se concibe que Dios produzca sonidos. Y si no suena nada, no hay música (evidentemente), a pesar de que los pitagóricos dijeran que la música de las esferas (euritmia) no se oye por culpa nuestra, por ser un sonido inaudible al oído humano.
En continuación con estas ideas, se cita aquí por último a Schelling, quien establece lo siguiente: "¿Qué es la música sino el mismo ritmo ideal de la Naturaleza y del Universo, que por medio de aquel arte se hace sentir en el Mundo?"
Para Schelling (cuya tesis discurre de manera paralela a las de Schopenhauer o Hegel) la música sería el mismo ritmo del Universo.  Y la filosofía de la música sería concebir a esta bajo la idea del propio Universo.


3. La música concebida desde la Idea de Hombre.

Esta sería la tercera clase de filosofía de la música y la que según Gustavo Bueno debería ofrecer en un principio un mayor sistematismo, aunque luego no se haya llegado realmente a desarrollar.

Comienza citando el Beethoven de Adorno, en el cual considera que lo que realmente busca Adorno sería saber en qué consiste la expresión de lo humano en Beethoven (ya que este entiende que la importancia de la música de Beethoven es que expresa al hombre, a la Humanidad). Adorno expone lo siguiente: Yo diría que [lo humano se halla] en el hecho de que su música tiene el don de la vista.
Gustavo Bueno considera que este es un estilo de pensar totalmente gratuito, pura metáfora. Ya que al atribuir 'el don de la vista' a la música de Beethoven lo que se quiere decir es que, en la música de Beethoven, lo humano es su mirada. Como si estuviera tratando la música al igual que una pintura. Adorno deriva después en el libro en un análisis técnico feroz de la música de Beethoven, achacando que este no sabia componer. Sugiere entonces Gustavo Bueno que acaso lo que este 'viendo' Beethoven es que el Hombre tiene la mirada en la época catastrófica del Hombre (la revolución francesa etc.) y esta es expresada mediante el desastre de la orquesta - más o menos en una especie de sociologismo.

Se añade también como ejemplo el siguiente texto de Schoenberg:
"Personalmente tengo la sensación de que la música lleva en sí un mensaje profético que revela una forma de vida más elevada hacia la cual evoluciona la Humanidad".
Aunque se estén viendo aquí como las tres grandes Ideas están siendo utilizadas de una u otra manera para dar contenido a la filosofía de la música, en este último ejemplo, Schoenberg (según Gustavo Bueno), no esta diciendo nada, no expone que puede tener que ver la Humanidad con la música. Esto sería por supuesto filosofía, o al menos una hipótesis filosófica, pero no es técnica, ni ciencia de la música, ni arte musical. Se expresa de un modo estilísticamente que no esta argumentado: "yo proféticamente digo que la música busca...". No hay la menor explicación ni argumento - al igual que tampoco lo había anteriormente en Schelling.

Con estas y otras referencias Gustavo Bueno corrobora su tesis de que lo que se suele llamar 'filosofía de la música' (incluso en ejemplos tan importantes como los citados) sigue siendo un concepto taxonómico.
En el sentido de exponer cosas plausibles, interesantes, pero que no están argumentadas - que no es lo mismo que decir que sean falsas. Algo contrario a la misma filosofía, al menos en la tradición platónica, donde hace falta argumentar, oponerse a otros y decir las razones por la que se sostiene una cosa u otra. Contamos aquí en cambio con proposiciones filosóficas, pero no técnicas, ni científicas, ni históricas; que tienen el sentido taxonómico de ser reflexiones aisladas o gratuitas que tratan de aplicar o extraer de la música las Ideas de Dios, Alma (el Hombre) y Mundo.

La labor de la filosofía de la música parece ser entonces el mostrar como ciertas Ideas se aplican a la música o cómo de la música emanan ciertas Ideas. La cuestión consiste en saber que tipo de Ideas son estas, porque (como se ha visto) no todas las Ideas que puedan brotar de la música pueden considerarse como filosóficas.

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