El sueño, la vigilia y la muerte según Heráclito de Éfeso
Extracto del libro Los filósofos presocráticos de Kirk, Raven y Schofield en cuanto a la filosofía de Heráclito de Éfeso.
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'El hombre de noche enciende para sí una luz cuando su visión está extinta; vivo, cuando duerme, está en contacto con el que está muerto y despierto con el que duerme.'
Clemente
'Inhalando, según Heráclito, mediante la respiración esta divina razón (logos), nos hacemos inteligentes; nos olvidamos mientras dormimos, pero recuperamos de nuevo nuestros sentidos al despertar. Pues, al estar cerrados, durante el sueño, los canales de la percepción, nuestra mente se separa de su parentesco con lo circundante, conservando su única vinculación a través de la respiración, como si fuera una especie de raíz y, por esta causa, pierde la capacidad de memoria que antes tenía. Más, durante la vigilia, se asoma de nuevo a través de sus canales perceptivos como si fueran ventanas y tomando contacto con lo circundante se reviste de su poder de razón...'
Sexto
En la primera referencia, la imagen de la luz encendida de noche probablemente refiera a lo que el hombre ve soñando, cuando le parece que la oscuridad real esta iluminada. Esta luz es engañosa, ya que es una iluminación individual y propia que suplanta la verdadera iluminación del Logos.
Un hombre durante el sueño esta 'en contacto' con la muerte. En esta primera cita de Clemente, según el texto original griego, se mantiene un juego de palabras entre los términos 'encender' y 'tocar': el alma-fuego (tal y como la consideraba Heráclito) arde débilmente, está casi extinta y, en la mayoría de los aspectos, se parece a un hombre muerto. El sueño sería un estado intermedio entre la vida de vigilia y la muerte.
La segunda cita de Sexto, aunque la información que nos aporta es importante, conviene tratarla con cautela. Sus fuentes informativas eran de clara influencia estoica y le atribuyó a Heráclito interpretaciones epistemológicas propias de la escuela escéptica.
Según otras citas de Sexto, se nos informa de que Heráclito consideraba que, en el estado de vigilia, la conexión está suministrada por un contacto directo (a través de los sentidos) con el fuego exterior - con lo 'circundante', lo cual se puede inferir que aludía al éter circundante o al elemento-Logos del fuego etéreo puro.
Es de suponer que la vista tuviera una importancia particular entre todos los sentidos, puesto que recibe y absorbe las impresiones ígneas de la luz. El único contacto posible durante el sueño lo suministra la respiración y podríamos preguntarnos si ésta inhala tanto fuego como humedad -pues Heráclito sostenía que 'las almas proceden del agua' y por tanto deberían nutrirse de lo húmedo.
Según testimonios de Aecio las almas se nutren de exhalaciones externas e internas: las internas, si existen, deben proceder de la sangre y de otros líquidos del cuerpo; mientras que las externas serían las que se absorben mediante la respiración (húmeda también).
Es posible que durante el sueño el alimento húmedo del alma-fuego, al dejar de estar equilibrado por las acreciones ígneas directas (que recibe durante la vigilia a través de los sentidos), sojuzgue al alma y la lleve hasta un estado semejante a la muerte.
Nótese también que la condición inteligente que subsigue a la aprehensión del Logos significaría, en términos psicológicos, que la parte activa (ígnea) del alma ha establecido contacto con el Logos ígneo (constitutivo de su objetiva situación) y que se ha visto acrecida por él.
Texto extraído de:
G.S. Kirk, J. Raven, M. Schofield (2019). Heráclito de Éfeso. En: Los filósofos presocráticos. Barcelona, España: Editorial Gredos
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'El hombre de noche enciende para sí una luz cuando su visión está extinta; vivo, cuando duerme, está en contacto con el que está muerto y despierto con el que duerme.'
Clemente
'Inhalando, según Heráclito, mediante la respiración esta divina razón (logos), nos hacemos inteligentes; nos olvidamos mientras dormimos, pero recuperamos de nuevo nuestros sentidos al despertar. Pues, al estar cerrados, durante el sueño, los canales de la percepción, nuestra mente se separa de su parentesco con lo circundante, conservando su única vinculación a través de la respiración, como si fuera una especie de raíz y, por esta causa, pierde la capacidad de memoria que antes tenía. Más, durante la vigilia, se asoma de nuevo a través de sus canales perceptivos como si fueran ventanas y tomando contacto con lo circundante se reviste de su poder de razón...'
Sexto
En la primera referencia, la imagen de la luz encendida de noche probablemente refiera a lo que el hombre ve soñando, cuando le parece que la oscuridad real esta iluminada. Esta luz es engañosa, ya que es una iluminación individual y propia que suplanta la verdadera iluminación del Logos.
Un hombre durante el sueño esta 'en contacto' con la muerte. En esta primera cita de Clemente, según el texto original griego, se mantiene un juego de palabras entre los términos 'encender' y 'tocar': el alma-fuego (tal y como la consideraba Heráclito) arde débilmente, está casi extinta y, en la mayoría de los aspectos, se parece a un hombre muerto. El sueño sería un estado intermedio entre la vida de vigilia y la muerte.
La segunda cita de Sexto, aunque la información que nos aporta es importante, conviene tratarla con cautela. Sus fuentes informativas eran de clara influencia estoica y le atribuyó a Heráclito interpretaciones epistemológicas propias de la escuela escéptica.
Según otras citas de Sexto, se nos informa de que Heráclito consideraba que, en el estado de vigilia, la conexión está suministrada por un contacto directo (a través de los sentidos) con el fuego exterior - con lo 'circundante', lo cual se puede inferir que aludía al éter circundante o al elemento-Logos del fuego etéreo puro.
Es de suponer que la vista tuviera una importancia particular entre todos los sentidos, puesto que recibe y absorbe las impresiones ígneas de la luz. El único contacto posible durante el sueño lo suministra la respiración y podríamos preguntarnos si ésta inhala tanto fuego como humedad -pues Heráclito sostenía que 'las almas proceden del agua' y por tanto deberían nutrirse de lo húmedo.
Según testimonios de Aecio las almas se nutren de exhalaciones externas e internas: las internas, si existen, deben proceder de la sangre y de otros líquidos del cuerpo; mientras que las externas serían las que se absorben mediante la respiración (húmeda también).
Es posible que durante el sueño el alimento húmedo del alma-fuego, al dejar de estar equilibrado por las acreciones ígneas directas (que recibe durante la vigilia a través de los sentidos), sojuzgue al alma y la lleve hasta un estado semejante a la muerte.
Nótese también que la condición inteligente que subsigue a la aprehensión del Logos significaría, en términos psicológicos, que la parte activa (ígnea) del alma ha establecido contacto con el Logos ígneo (constitutivo de su objetiva situación) y que se ha visto acrecida por él.
Texto extraído de:
G.S. Kirk, J. Raven, M. Schofield (2019). Heráclito de Éfeso. En: Los filósofos presocráticos. Barcelona, España: Editorial Gredos
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