Sobre la obra de Anaxímenes
Me parecía interesante compartir este breve resumen sobre la obra del filósofo presocrático Anaxímenes. Para ampliar lo que sobre este autor se dice a continuación, me parecen importantes los apartados que se le dedican en los libros Los filósofos presocráticos (de Kirk, Raven y Schofield) y La metafísica presocrática (de Gustavo Bueno) - pero debido a su extensión, no los puedo añadir al blog.
El texto que incluyo a continuación pertenece al libro Fundamentos de la filosofía griega de Eduard Zeller.
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Anaxímenes, también milesio, es presentado por autores más recientes como discípulo de Anaximandro, cuya influencia claramente revela. Según Apolodoro su flourit debe colocarse entre los años 585/84 y 528/24. De sus escritos, compuestos en prosa jónica, sólo ha sido preservado un pequeño fragmento.
En la teoría física Anaxímenes difiere de Anaximandro: su sustancia primaria no es simplemente algo infinito sin determinación exacta. Se aproxima, pues, a Tales en cuanto propone una sustancia con cualidades definidas, pero concuerda con Anaximandro porque elige para este propósito una sustancia que parece poseer las cualidades reales de la materia primera de este último - esto es, la indeterminación y el movimiento eterno que se encuentran en el aire.
Éste no sólo se expande en lo ilimitado; se halla también en un estado de continuo movimiento y cambio, y muestra así (de acuerdo con la antigua creencia mediante la cual el alma se identificaba con la fuerza vital) que es la causa de toda vida y movimiento en los seres animados. “Del mismo modo que nuestras almas, que son compuestas de aire, mantienen nuestra unidad, así también el pneuma y el aire rodean el mundo” (Anaxímenes, en Aet, I, 3, 4; Diels, Vors., 3 B 2).
A través de su movimiento infinito y sin comienzo el aire experimenta un cambio que es realmente de dos clases: la rarefacción o “aflojamiento” y la condensación o contracción.
El primer proceso es, al mismo tiempo calentamiento y el segundo enfriamiento. Por la rarefacción el aire se convierte nubes, agua, tierra y piedras. Esta teoría Anaxímenes sin duda la derivó de la observación de los fenómenos atmosféricos y de las precipitaciones. En el proceso de creación la tierra fue la primera; según Anaxímenes, ésta es plana como la superficie de una mesa y por tal razón es sostenida por el aire. Los vapores que se elevan de la tierra se condensan y se convierten en fuego, partes del cual, comprimidas por el aire, devienen astros. Éstos son de tamaño similar a la tierra y giran a su alrededor, en tanto flotan en el aire en dirección lateral, como el gorro se mueve en torno a la cabeza.
Anaxímenes fue el primero en reconocer que la luna refleja la luz del sol y dio una explicación natural de los eclipses del sol y de la luna que él consideraba como causados por cuerpos semejantes a la tierra que giran en el universo. Observó también el arco iris lunar y la fosforescencia marina. Explicó el arco iris como el efecto de los rayos del sol sobre una espesa nube que aquéllos no podían penetrar. Según referencias tradicionales dignas de fe, Anaxímenes, como Anaximandro, sostuvo la teoría de los períodos sucesivos de creación y destrucción del mundo.
Por ingenuas y fantásticas que estas opiniones de los tres pensadores griegos más antiguos nos parezcan, el hecho significa un cambio profundo y fundamental desde una concepción mítica a la natural, en la que Isis, que en Homero es una persona viviente, la mensajera de los dioses, aquí se transforma en un fenómeno atmosférico, físicamente explicable.
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Texto extraído de:
Eduard Zeller (1968). Fundamentos de la filosofía griega. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Siglo Veinte
El texto que incluyo a continuación pertenece al libro Fundamentos de la filosofía griega de Eduard Zeller.
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Anaxímenes, también milesio, es presentado por autores más recientes como discípulo de Anaximandro, cuya influencia claramente revela. Según Apolodoro su flourit debe colocarse entre los años 585/84 y 528/24. De sus escritos, compuestos en prosa jónica, sólo ha sido preservado un pequeño fragmento.
En la teoría física Anaxímenes difiere de Anaximandro: su sustancia primaria no es simplemente algo infinito sin determinación exacta. Se aproxima, pues, a Tales en cuanto propone una sustancia con cualidades definidas, pero concuerda con Anaximandro porque elige para este propósito una sustancia que parece poseer las cualidades reales de la materia primera de este último - esto es, la indeterminación y el movimiento eterno que se encuentran en el aire.
Éste no sólo se expande en lo ilimitado; se halla también en un estado de continuo movimiento y cambio, y muestra así (de acuerdo con la antigua creencia mediante la cual el alma se identificaba con la fuerza vital) que es la causa de toda vida y movimiento en los seres animados. “Del mismo modo que nuestras almas, que son compuestas de aire, mantienen nuestra unidad, así también el pneuma y el aire rodean el mundo” (Anaxímenes, en Aet, I, 3, 4; Diels, Vors., 3 B 2).
A través de su movimiento infinito y sin comienzo el aire experimenta un cambio que es realmente de dos clases: la rarefacción o “aflojamiento” y la condensación o contracción.
El primer proceso es, al mismo tiempo calentamiento y el segundo enfriamiento. Por la rarefacción el aire se convierte nubes, agua, tierra y piedras. Esta teoría Anaxímenes sin duda la derivó de la observación de los fenómenos atmosféricos y de las precipitaciones. En el proceso de creación la tierra fue la primera; según Anaxímenes, ésta es plana como la superficie de una mesa y por tal razón es sostenida por el aire. Los vapores que se elevan de la tierra se condensan y se convierten en fuego, partes del cual, comprimidas por el aire, devienen astros. Éstos son de tamaño similar a la tierra y giran a su alrededor, en tanto flotan en el aire en dirección lateral, como el gorro se mueve en torno a la cabeza.
Anaxímenes fue el primero en reconocer que la luna refleja la luz del sol y dio una explicación natural de los eclipses del sol y de la luna que él consideraba como causados por cuerpos semejantes a la tierra que giran en el universo. Observó también el arco iris lunar y la fosforescencia marina. Explicó el arco iris como el efecto de los rayos del sol sobre una espesa nube que aquéllos no podían penetrar. Según referencias tradicionales dignas de fe, Anaxímenes, como Anaximandro, sostuvo la teoría de los períodos sucesivos de creación y destrucción del mundo.
Por ingenuas y fantásticas que estas opiniones de los tres pensadores griegos más antiguos nos parezcan, el hecho significa un cambio profundo y fundamental desde una concepción mítica a la natural, en la que Isis, que en Homero es una persona viviente, la mensajera de los dioses, aquí se transforma en un fenómeno atmosférico, físicamente explicable.
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Texto extraído de:
Eduard Zeller (1968). Fundamentos de la filosofía griega. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Siglo Veinte
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