Panta plere theon: Sobre la sentencia de Tales
El siguiente texto es una transcripción de una de las clases dedicadas a Tales de Mileto, impartida por Teresa Oñate en su Primera Serie de Didaskalía en 2001, y que se puede encontrar en el CD-ROM del libro El nacimiento de la filosofía en Grecia. Viaje al inicio de occidente.
Aunque ya he incluido en este blog otros posts sobre Tales, me interesa compartir la siguiente lección, ya que desgrana parte del significado de su sentencia todo esta lleno de lo divino/panta plere theon y ofrece un acercamiento al proceso de pensamiento del filósofo.
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¿Qué es lo que hace Tales de Mileto?
¿Qué nos ha legado la doxografía sobre él?
Sabemos que viaja a Egipto y que allí hace geometría (sobre todo la geometría del triangulo) y da lugar al teorema que lleva su nombre (el cual es una formulación de la isonomía). Además hace cosas insólitas como el medir las pirámides por su sombra. Diseña unos almanaques cronológicos para navegantes de acuerdo con la observación de las estrellas. Anticipa cuando va a haber una abundante cosecha de aceitunas y compra todas las prensas de Mileto, volviéndose en consecuencia inmensamente rico. Mide las distancias entre los barcos mediante sistemas de sumas de triángulos. Estudia las crecidas y las bajadas del Nilo en función de los vientos. Le consideran unánimemente en Grecia como uno de los Siete Sabios y cuando fallece le dedican una estatua con la siguiente inscripción: De entre todos los astrólogos el maestro/el capaz de ser maestro de sabiduría.
Se le atribuye que el arjé es el agua (lo que nos lleva a notar entonces que es el primero en establecer la cuestión del arjé), así como las siguientes sentencias:
Todo esta lleno de lo divino (Panta plere theon).
El kósmos es lo más hermoso/Lo más hermoso es el kósmos porque lo divino no es engendrado/producido.
Y naturalmente, de acuerdo con Aristóteles, con Tales se da lugar al nacimiento de la filosofía.
¿Qué tienen en común todas las actividades que realiza este matemático, astrónomo, político, teólogo y predictor de eclipses? ¿Qué hay en común, de facto, entre medir pirámides por la sombra, calcular las crecidas de los ríos a través de los vientos o descubrir la distancia entre los barcos mediante la proyección de triángulos?
¿Cuál es la unidad de las múltiples actividades de Tales?
¿Qué es lo qué hace Tales de Mileto?
O mejor dicho, ¿Cómo lo hace?
Al plantearnos estas cuestiones debemos darnos cuenta de que tendemos a realizar una abstracción que es anterior o posterior al sentido de la pregunta. Es decir, en realidad nos da igual que Tales de Mileto dedicara su vida entera a hacer estas tareas.
Aún así debemos preguntarnos qué es lo que hace y cómo o por qué eso que esta haciendo tendrá algo que ver con decir que todo esta lleno de lo divino.
Es necesario acotar aquí que no existía la noción de todo antes de Tales.
Por tanto este problema es siempre el mismo para nosotros, debido a que solo tenemos memoria consignada de la utilización de panta en una sentencia que, por otra parte, habla de lo divino.
En consecuencia cuando uno no se obliga al pensamiento crítico de volver a pensar esa sentencia con Tales, dice todo como si imaginara una especie de continente que contuviera todas las partes posibles de algo.
Tenemos que intentar pensar con él, una vez más, cual ha sido la experiencia del lenguaje que permite decir que todo esta lleno de lo divino (para que por tanto podamos interpretar de nuevo esa sentencia y podamos volver a pensarla sin colonizarla), entendiendo también qué significa todo aquí.
Continuamos entonces ¿Hay alguna cosa sorprende o extraña que tenga que hacer Tales de Mileto?
¿Qué se hace cuándo se construye un almanaque para navegantes midiendo las temporalidades de las estrellas? ¿O cuándo se traslada algo tan etéreo y tan perteneciente solo a la luz como es la sombra para medir algo tan grave y pesado como una pirámide?
Si para responder estas preguntas optásemos por buscar aquello que se repite entre las actividades anteriormente mencionadas, habríamos hecho (tal vez sin percatarnos) una apuesta. Y esta apuesta será la de que hay aquello que se repite. [ Ya que damos por sentado que hay tradiciones epistémicas y racionales, siendo que en efecto no nos consta que no todo sean tradiciones del poder. ]
Lo que necesitamos hacer es posicionarnos dentro de la tradición olímpico-mitológica. Si perteneciéramos a esta notaríamos entonces que la justicia y la paz están conseguidas por los olímpicos mediante la distribución que divide entre si los distintos reinos. Siendo uno la legislación de Gea, otro la legislación de Urano, otro la de Neptuno... Las leyes del mar son distintas a las de la tierra, las de la tierra a las del cielo etc.
Lo que hace Tales de Mileto es, en este sentido, absolutamente insólito. ya que vuelve trasversales estas leyes. Trasladando la comprensión del cielo a la del mar, la del mar a la de la tierra. La de la luz más ingrávida a la de la tierra más oscura y pesada.
Es decir, pone en relación y comunicación los distintos ámbitos y legislaciones separados anteriormente en las tradiciones olímpicas, cretenses y mediterráneas.
En este sentido hablar entonces aquí de un todo no puede querer decir lo mismo que un continente extenso que albergara todas las partes posibles establecidas por la imaginación.
Esto es de una revolución insólita y es lo que le llevará a decir que todo esta lleno de lo divino. Ya que no hay lo divino solamente en el Olimpo, en aquello que esta libre de muerte, de dolor y de mestizaje, sino que hay lo divino en todo.
Y ahora si, podemos entender la sentencia de Tales de la siguiente manera: ya que hay lo divino (lo eterno de lo efímero, de lo necesario, de lo contingente) en cualesquiera lugares, es por lo que podemos hablar de todo.
Y puesto que lo hay, es por lo que podemos entonces aplicar las consideraciones del cielo a la tierra, las de la tierra al mar y las del mar al cielo.
Es decir, hay una dimensión que unifica, que enlaza las distintas partes, los distintos espacios y lugares por tener estos un mismo en común.
Y solo por esa transversalidad se puede (gracias a la colaboración política de la physis de unos con otros) entender que hay dimensiones que son correlato de las expectativas del deseo racional de eternidad en cualesquiera de los fenómenos.
Concilio de los dioses, Peter Paul Rubens, óleo sobre lienzo, 1622-1624 |
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